Tesla vuelve al ataque con sus Tesla Model 3 y Tesla Model Y, aunque esta vez el protagonismo no lo tienen los conductores, sino la ausencia de ellos. La compañía de Elon Musk planea lanzar en 2025 un servicio de robotaxis basado en estos modelos, inicialmente en los Estados Unidos. Pero, antes de que te emociones imaginando un futuro digno de Blade Runner, hay que aclarar algo: estas maravillas tecnológicas no estarán completamente libres de control humano. Al menos al principio, contarán con teleoperadores humanos listos para tomar el mando en caso de emergencia. ¡Más vale prevenir que lamentar!
Teleoperadores: la red de seguridad que nadie menciona
Tesla lleva años cacareando que alcanzará la autonomía total (nivel 5), pero la realidad es que la conducción autónoma todavía tropieza en situaciones complicadas donde el cerebro humano sigue siendo insustituible. Para evitar desastres, los teleoperadores supervisarán remotamente cada trayecto, listos para intervenir si la inteligencia artificial mete la pata.
En Estados Unidos, este enfoque parece necesario debido a un entramado regulatorio que no da tregua. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) limita el despliegue de vehículos autónomos a 2.500 unidades anuales bajo condiciones muy estrictas. Si alguien puede intentar sortear estas reglas, ese es Elon Musk. Pero, ¿será suficiente su magia para que le abran el camino?
Tesla Model 3 y Model Y: nuevos usos para viejas glorias
Los Tesla Model 3 y Model Y serán la base de esta flota de robotaxis, y aquí viene lo interesante: Tesla planea reutilizar vehículos de leasing devueltos y modelos de flotas propias. Es una jugada ingeniosa para recortar costes, pero también un poco “low-cost” para lo que suele vendernos Musk.
La gestión del servicio correrá a cargo de una aplicación desarrollada internamente, que permitirá a Tesla controlar todo el proceso, desde el pedido del viaje hasta el destino final. Por supuesto, esto también significa una recogida masiva de datos del usuario. Vamos, que si bostezas durante el trayecto, seguro que el algoritmo lo apunta para venderte un café en la próxima parada.
¿Y en la Unión Europea qué?
Aunque Estados Unidos es el campo de pruebas inicial, no podemos evitar preguntarnos: ¿será viable esta tecnología en la Unión Europea? Con regulaciones tan estrictas como las nuestras, donde la seguridad y la privacidad son casi dogmas, el modelo de Tesla podría enfrentarse a muros burocráticos mucho más altos. Es posible que los teleoperadores sean una solución transitoria aceptable, pero la UE podría exigir controles adicionales, tal vez incluso humanos de “carne y hueso” en cada etapa del trayecto.
Ya sabemos que en Bruselas son “más papistas que el Papa”, y la idea de flotas autónomas sin redundancias adicionales podría parecerles tan sensata como dejar a un mono pilotar un cohete.
El futuro: preguntas y pocas respuestas
Si Tesla consigue superar los retos regulatorios y afinar su tecnología, ¿veremos a los Tesla Model 3 y Model Y dominando las calles de todo el mundo? En la Unión Europea, donde el “más vale prevenir que curar” es casi un mandamiento, la aceptación de los robotaxis podría ser un largo tira y afloja.
Por ahora, el proyecto parece más una carrera de resistencia que un esprint. En Miana Motor, seguiremos atentos para ver si esto termina siendo una revolución o un simple capricho futurista. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de nuestros coches a la antigua: volante en mano y pisando el acelerador. Porque, admitámoslo, un Tesla Model 3 sin volante sería como una paella sin arroz. Y eso, amigos, no lo vamos a tolerar.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.