
Se acabó lo que se daba. Tras 18 años de rugidos, aceleraciones de infarto y humillaciones en semáforos, el Nissan GT-R R35 ha cerrado oficialmente su libro de pedidos en Japón. Si tenías la loca idea de hacerte con uno nuevo, ya puedes ir buscándolo en el mercado de segunda mano o preparando la cartera para una edición especial con sobreprecio. Nissan ha dicho basta, y Godzilla se despide sin un sucesor claro a la vista.
18 años de leyenda (con sus más y sus menos)

El GT-R R35 aterrizó en nuestras vidas en 2007 con la misión de reinventar el mito. Se deshizo del apellido «Skyline«, se olvidó del icónico motor RB26DETT y apostó por el V6 VR38DETT de 3.8 litros biturbo. La herida en el orgullo de los puristas fue profunda, pero pronto se olvidó cuando vieron de lo que era capaz este bicho.
Desde su llegada, el R35 ha sido un dolor de cabeza para deportivos mucho más caros. Superando a Ferraris y Lamborghinis en el cuarto de milla por una fracción de su precio, se ganó el apodo de «Godzilla» y un hueco en el corazón de los gasolineros de todo el mundo. Pero 18 años es una barbaridad para un coche de este calibre. Mientras Ferrari, Porsche y McLaren han evolucionado sus modelos varias veces, Nissan ha estado aplicando mejoras aquí y allá, pero sin dar el salto generacional que muchos esperaban.
Nissan dice «hasta aquí hemos llegado»

El comunicado oficial en la web japonesa de Nissan es claro: «Hemos recibido muchos pedidos para el Nissan GT-R y hemos terminado de aceptar pedidos para la cantidad de producción planificada». Traducido al cristiano: nos quedamos sin stock y no vamos a hacer más.
Esto no sorprende. En EE.UU., el GT-R se despidió en 2024, y con las normativas anticontaminación apretando cada vez más, el final del R35 era cuestión de tiempo. Lo preocupante es que Nissan no ha dado señales claras de estar trabajando en un sucesor. Y eso deja un vacío enorme en su gama.
¿Y ahora qué? ¿Habemus sucesor?

De momento, no hay nada oficial sobre un nuevo GT-R. Nissan está más centrada en sobrevivir en un mundo que les empuja a fabricar SUV eléctricos insulsos que en mantener viva la esencia de sus deportivos. La reciente ruptura con Honda en sus conversaciones de fusión tampoco ayuda, ya que, según los rumores, Honda quería absorber Nissan como una subsidiaria, algo que evidentemente no sentó bien a los de Yokohama.
Si miramos a las tecnologías actuales, lo lógico sería que el próximo GT-R apostase por un sistema híbrido o completamente eléctrico. Pero aquí es donde el miedo se apodera de los fans: ¿Un GT-R eléctrico tendría alma?
Un adiós amargo

El Nissan GT-R R35 no ha sido perfecto. Su interior nunca estuvo a la altura de su precio, el cambio automático de doble embrague a veces daba más problemas de los deseables y el peso era considerable. Pero era una máquina brutal, con un chasis que podía soportar preparaciones de más de 1000 CV sin pestañear y un sistema de tracción total que convertía a cualquier conductor medio en un semidios de la velocidad.
La pregunta que queda en el aire es clara: ¿Volverá el GT-R o este es realmente su fin? Nissan tiene la llave, pero de momento, la puerta sigue cerrada. Mientras tanto, el R35 se marcha con la cabeza alta, dejando un legado de derrapes, aceleraciones de infarto y muchos superdeportivos humillados en carreteras de todo el mundo.
Hasta siempre, Godzilla. Ojalá nos volvamos a ver.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.