
Mientras entre Estados Unidos y la Comisión Europea se lanzan aranceles como si fueran los amigos retrasados de Zoolander con la gasolina, el mundo se prepara para aguantar el chaparrón. No es un chaparrón cualquiera: lo que empezó como un 25% a la importación de coches ha desembocado en un cruce de «arancelazos recíprocos» que amenaza con cambiar por completo el panorama automovilístico global.
Y aunque a primera vista parezca un problema de «yanquis», lo cierto es que este terremoto geopolítico puede salpicar de lleno al mercado español, tanto en precios como en disponibilidad y, por supuesto, en la venta de coches usados, donde los movimientos internacionales pueden ser oportunidad… o ruina. Vamos al lío.
¿Qué cojones está pasando en EE.UU.?

Resumamos el embrollo: la administración Trump ha anunciado un paquete de aranceles del 25% a los coches importados, acompañados de nuevas tarifas “recíprocas” a países que no traten «con justicia» al coche americano. Esto incluye a la Unión Europea, Reino Unido, Corea del Sur, Japón y compañía. ¿Justo? Puede, no venimos a juzgar eso.
La jugada ha provocado despidos inmediatos: Stellantis ya ha anunciado el parón en fábricas de Canadá y México, y la cosa pinta a que esto es solo el aperitivo. Mientras tanto, los concesionarios estadounidenses están recibiendo compradores como si se acabara el mundo, intentando pillarse un coche antes de que los precios suban más que la espuma cuando te pasas con el fuego de la olla.
¿Y esto qué tiene que ver con España?

Aunque parezca que esto solo afecta a las tierras del Tío Sam, lo cierto es que el efecto dominó puede llegar con fuerza a nuestras fronteras. Te explicamos cómo:
1. Los fabricantes europeos bajo presión
BMW, Mercedes, Jaguar, Land Rover, MINI… Todas estas marcas exportan vehículos a EE.UU. desde Europa (incluyendo fábricas en España, como la de BMW en Valladolid para MINI motores o Ford en Almussafes, que exporta componentes). Con un 25% de recargo en la aduana americana, muchos modelos van a ser más caros que nunca en su principal mercado exterior. ¿Consecuencia? Reducción de pedidos, caída de la producción… y posibles ajustes de plantilla.
2. El exceso de stock en Europa
Si los yankees dejan de comprar, ese excedente tiene que colocarse en algún lado, y ahí es donde entramos nosotros. Es posible que veamos más vehículos de gama media y alta pululando por el mercado europeo, con precios agresivos. ¿Oportunidad para compradores en España? Puede. Pero también puede haber un giro: las marcas podrían contener las matriculaciones para no devaluar su imagen ni los márgenes. Adivinad qué pasará, porque no es la primera vez que vemos campas eternas de coches a estrenar.
3. Las piezas y recambios serán más caros
Los aranceles no son solo a los coches, también afectan a los componentes. Y como todos los coches modernos llevan piezas que vienen de medio planeta, el recambio se puede volver más caro y lento. Lo cual, para el mercado es un problema serio. Arreglar coches va a ser un sablazo.
¿Quién gana en todo este embrollo?
Los compradores rápidos y los vendedores listos. En EE.UU., los concesionarios están liquidando stock a toda máquina, y aquí podríamos ver un repunte de las ventas de usados, sobre todo de modelos bien mantenidos y con buen historial de revisiones. ¿Por qué? Porque si los nuevos suben de precio (o escasean), los coches usados bien cuidados se convierten en oro puro. Ya lo vimos con los microchips hace pocos años.
En otras palabras: si tienes un Golf TDI con mantenimiento al día y 130.000 km, es buena idea esperar al momento para vender. Porque igual en junio vale más que ahora.
¿Y qué pasa con los coches eléctricos?
Ojito, porque los eléctricos tampoco se salvan. De hecho, muchos modelos se fabrican fuera de la UE: el Tesla Model 3 viene de China, y otros como el Kia EV6 o el Hyundai Ioniq también tienen producción extracomunitaria. Con los aranceles dando por saco, la importación se complica. Resultado: retrasos, encarecimiento… y un posible tirón de orejas para los compradores que esperaban su coche en mayo.
Mientras tanto, el Dodge Charger Daytona EV, que Stellantis fabricaba en México, ha visto cómo su producción se para en seco. El futuro eléctrico americano no empieza con buen pie.
¿Y si me espero para comprar?

Ni se te ocurra. Con el tema aranceles en marcha, cada día que pasa puede ser más caro. En serio.
Ya hay compradores listos para firmar porque saben que los precios van a subir, tanto en coches nuevos como en usados. Y ojo, no es solo el coche: también se encarecen los recambios, las piezas, los plazos de entrega… todo.
Así que si estás mirando coche, no esperes al desastre pensando que vas a cazar una ganga más adelante. Las gangas ya están volando. Y si no te das prisa, vas a acabar pagando más por menos… o lo que es peor: sin coche y esperando recambios que vienen de China en una balsa.
¿El futuro? Nadie lo sabe… pero el mercado se moverá
Como siempre, en tiempos de incertidumbre hay ganadores y perdedores. Los aranceles pueden parecer algo de estas cosas que se ven en Antena 3 y que comentan tertulianos atontados, pero su efecto lo vas a sentir aquí, en la puerta de tu concesionario, en la oferta del renting, en la subida del seguro… o en el precio al que puedes vender tu coche usado.
Habrá más movimiento en los foros de compra-venta, más interés por vehículos bien mantenidos y, sí, más lío con la DGT, los trámites y los cambios de nombre, también habrá más estafas. Pero mientras otros se pelean por entender los aranceles, en Miana Motor te ayudamos a aprovechar el momento: vender bien, rápido y sin comerte el tarro.
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Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.