
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los jeques árabes, esos que tienen garajes llenos de Bugattis y Lamborghinis, siguen comprando un todoterreno puro y duro que se diseñó cuando algunos de vosotros aún llevabais pañales? Pues agarraos, porque la historia del Nissan Patrol Y61 es más loca que una cabra montesa con Red Bull.
El coche que se negó a morir


Mientras Nissan sigue sacando en Europa crossovers más blandos que un Petit Suisse y menos interesantes que ver secarse la pintura, en Oriente Medio y algunas partes de Sudamérica siguen fabricando y vendiendo el legendario Patrol Y61 como si estuviéramos en 1997 y no tuviésemos a la UE dando por saco. Y no, no es que tengan un DeLorean aparcado en la fábrica: es que este auténtico 4×4 es tan bueno que sigue siendo relevante 28 años después.
¿»Stock»? Bueno, bueno. Ya veremos
Aquí viene lo jugoso. El Patrol Y61 de fábrica viene con un motor de 6 cilindros en línea de 4,8 litros que desarrolla 280 CV. Bonito número para 1997, ¿verdad? Pues agarraos, porque esto es solo el principio. Los árabes han convertido este motor en el lienzo perfecto para crear auténticas bestias mecánicas capaces de domar las dunas más salvajes. No es una máquina, sino el corte de mangas de la humanidad a uno de los entornos más difíciles.
¿Sabéis por qué? Porque el bloque TB48 está tan sobredimensionado que parece que los ingenieros de Nissan sabían lo que iba a pasar. Es como si hubieran dicho: «Vale, lo hacemos de serie con 280 CV, pero que aguante 1000 por si acaso». Y madre mía si aguanta.
La locura de los 1.000 caballos

No estamos exagerando: hay Patrol Y61 rodando por Dubai con más de 1.000 CV. ¿Os imagináis? Un todoterreno de chasis de largueros diseñado cuando Internet era algo de frikis, moviendo más potencia que un Bugatti Veyron. La receta es relativamente simple (si tienes una cuenta corriente del tamaño de un pozo de petróleo):
- Motor completamente forjado
- Turbos del tamaño de una sandía
- Gestión electrónica moderna
- Caja de cambios secuencial tipo Samsonas RS90
- Intercooler agua-aire más grande que tu nevera
- Inyección mejorada para que beba gasolina como si no hubiera mañana
¿Por qué el Nissan Patrol Y61 y no otro?

La respuesta es simple: porque está construido como un tanque. El chasis de largueros, la reductora, los diferenciales, los palieres, todo está sobredimensionado desde fábrica. Es como si Nissan hubiera construido un todoterreno para el apocalipsis y los preparadores se hubieran dado cuenta de que podían aprovecharlo para crear monstruos.
Además, el mercado de piezas aftermarket es brutal. Puedes encontrar absolutamente todo lo que necesitas para convertir tu Nissan Patrol Y61 en una máquina de guerra digna de Mad Max, desde turbos gigantes hasta cajas de cambios que aguantan un tsunami de par motor.
El precio de la locura

En Dubai, un Nissan Patrol Y61 nuevo (sí, NUEVO en 2025) te puede costar unos 65.000 dólares. Pero eso es solo el principio. Las modificaciones para llegar a los 1000 CV pueden duplicar o triplicar fácilmente esa cifra. Pero eh, sigue siendo más barato que un Bugatti y mucho más capaz de hacerte volar cuando el asfalto se acaba. Y en Dubái, el asfalto se acaba.
La cultura del Patrol

En Oriente Medio, el Nissan Patrol Y61 no es solo un todoterreno: es un estilo de vida. Es común ver estos bichos en reuniones donde compiten por ver quién tiene la preparación más salvaje. Y no hablamos solo de potencia: hay ejemplares con suspensiones tan trabajadas que hacen que un Trophy Truck parezca un Citroën 2CV.
¿Por qué sigue el Nissan Patrol Y61 en producción?
Porque funciona. Porque es auténtico. Porque es un verdadero 4×4 que no necesita presumir de su última pantalla táctil para demostrar lo que vale. El Patrol Y61 es la antítesis de los crossovers modernos: sin sistemas de conducción autónoma, sin tonterías y con un extra de músculo bajo el capó. Solo metal bien puesto, reductora, diferenciales bloqueables y la capacidad de convertirse en un monstruo si le das el presupuesto adecuado.
El Niisan Y61, el último superviviente

El Nissan Patrol Y61 es la prueba viviente de que a veces (casi siempre), lo viejo es mejor que lo nuevo. Es un dinosaurio, sí, pero un dinosaurio que puede comerse a cualquier crossover moderno en el desierto y, con las preparaciones adecuadas, plantar cara a superdeportivos en asfalto. Y mientras siga habiendo locos con dinero y ganas de convertir todoterrenos puros en máquinas de más de 1.000 CV, el Y61 seguirá siendo la hostia.
¿Y vosotros qué preferís? ¿Un crossover moderno lleno de pantallas Greta-Friendly o un auténtico Y61 Patrol 4×4 de los 90 con más potencia que un superdeportivo? Dejadnos vuestra opinión en los comentarios, que ya sabemos que os va la marcha tanto como a nosotros.
Nota del editor: No nos hacemos responsables si después de leer este artículo acabáis buscando un Nissan Patrol Y61 usado. Nosotros os hemos avisado.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.