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Un chaval de 16 años huye de la poli a 270 km/h en un Corvette y, obviamente, no le sale bien

José Manuel Miana

"Un coche de la policía estatal de Nebraska se muestra de noche con las luces de emergencia encendidas. El coche es negro con las palabras 'STATE TROOPER' claramente visibles en letras blancas en el costado. El fondo está borroso, indicando movimiento, con rayas de luces rojas y naranjas que sugieren vehículos que pasan. La escena está iluminada por las luces intermitentes azules y rojas del coche de policía, creando un contraste vívido contra el entorno oscuro.
Policía de Nebraska

Si te pillan a 210 km/h y decides que la mejor opción es pisarle más, igual el carnet no es lo tuyo.

📍 Nebraska, USA. Un chaval de 16 años decidió que la mejor forma de empezar la semana era protagonizar una persecución policial de película en un Chevrolet Corvette. La policía del estado de Nebraska asegura que el mozo llegó a alcanzar los 270 km/h (168 mph) en su intento de fuga. Spoiler: no le salió bien.

La fiesta empezó cuando un agente lo cazó circulando a 210 km/h cerca del cruce de la autopista Interstate 80 en Kearney. En lugar de levantar el pie, el futuro exconductor del Corvette decidió que lo suyo era pisarle a fondo y largarse. ¿El resultado? Una persecución de unos 20 kilómetros y 10 minutos a todo trapo, porque si vas a liarla, que sea con estilo.

No está claro qué generación de Corvette llevaba, pero para rozar los 270 km/h, como mínimo debía de ser un C5 o algo más moderno. No estamos hablando de un coche precisamente lento, pero sí de un conductor con más adrenalina que sentido común.

La poli acabó con la fiesta cuando un agente más avispado le lanzó un juego de stop sticks (los pinchacoches de toda la vida) cerca de Minden. El Corvette bajó el ritmo, el chaval intentó esconderse en una calle apagando las luces, pero lo encontraron en un periquete. Vamos, que pasó de Vin Diesel a “detenido sin incidentes” en un abrir y cerrar de ojos.

Los cargos que se ha llevado a casa incluyen: conducción temeraria, huida para evitar el arresto y, sorpresa, exceso de velocidad. Nada que una buena charla con sus padres (y un juez) no pueda arreglar. Aunque viendo cómo empezó su carrera al volante, mejor que no le den un Hellcat en el futuro.


Este chaval ha ganado una historia para contar… pero se va a quedar sin coche ni carnet durante una buena temporada. ¿Te imaginas intentar lo mismo en España? La DGT ya estaría redactando un boletín con 15 sanciones y un castigo ejemplar.

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