Las Vegas fue testigo de cómo el holandés volador entró en el olimpo de los más grandes. Y nosotros, como buenos petrolheads, os contamos todos los detalles de esta gesta histórica.
Que nos quiten lo bailado. En Miana Motor llevamos años diciéndolo: Max Verstappen no es solo un piloto más, es un fenómeno que está reescribiendo los libros de historia de la Fórmula 1. Y ayer, en la ciudad del pecado, el chaval que debutó siendo un mocoso de 17 años se ha convertido en tetracampeón del Mundial de Fórmula 1. Como quien no quiere la cosa, ya está a la altura de nombres como Prost y Vettel. Ahí es nada.
La carrera que vale un Mundial de Fórmula 1
Madre mía, qué manera de sufrir. Si nos dicen hace unos meses que Max Verstappen iba a estar peleando por asegurar el título en Las Vegas, nos hubiéramos reído a carcajada limpia. Pero es que este 2024 no ha sido un paseo militar como el anterior. El holandés tuvo que sudar tinta china para mantener a raya a un Lando Norris que se ha revelado como su mayor dolor de muelas.
La clasificación ya nos dio pistas de que esto no iba a ser coser y cantar. Los de Milton Keynes la liaron parda con los reglajes al modificar mal el alerón, y una sesión de clasificación para morderse las uñas nos dejó a Max y Lando pegaditos en la parrilla. Parecía un guion sacado directamente de Netflix.
Del infierno al cielo en Brasil
Pero necesitamos dar un paso atrás, porque no podemos entender este título sin hablar de lo que pasó hace tres semanas en Interlagos. Ahí es donde Max Verstappen demostró por qué es el actual dominador del Mundial de Fórmula 1. Saliendo desde una increíble decimoséptima posición, algo que aún nos cuesta creer, se marcó una de esas remontadas que se estudiarán en las escuelas de pilotaje. Mientras tanto, Norris, que salía desde la pole, acabó sexto. Fue en ese momento cuando se cocinó gran parte de este mundial.
La carrera del título
Volviendo a Las Vegas, menudo espectáculo nos brindaron. Los primeros compases fueron un festival de adelantamientos con Leclerc haciendo de las suyas; el de Mónaco es más movido que una caja de grillos y nos regaló un espectáculo de los suyos. Verstappen, con la calma que da la experiencia, fue gestionando su carrera como un relojero suizo. Sabía que solo necesitaba mantener a Norris a raya, y vaya si lo hizo.
La temporada 2024: cuando el dominio se tambaleó
Este año ha sido diferente, muy diferente. Si en 2023 Max Verstappen arrasó ganando 19 de 22 carreras, este curso ha sido otro cantar. Los primeros diez grandes premios fueron un paseo triunfal, con siete victorias que hacían presagiar otro año de absoluto dominio. Pero entonces llegó el verano, y con él una sequía que nos hizo dudar hasta a los más acérrimos defensores del neerlandés.
McLaren, con un Norris desatado, y Ferrari, que por fin ha conseguido sacar petróleo de donde no lo había, pusieron contra las cuerdas al RB20. Diez carreras sin ganar, diez carreras viendo cómo se reducía la ventaja en el Mundial de Fórmula 1. Pero como dicen los viejos del lugar, el que tuvo, retuvo. Y Max Verstappen demostró que está hecho de otra pasta.
De Fangio a Verstappen: el club de los tetracampeones
Cuatro mundiales. Dejadnos saborearlo: CUATRO MUNDIALES DE FÓRMULA 1. Solo cinco pilotos en la historia lo habían conseguido antes: el maestro Fangio, el profesor Prost, el káiser Schumacher, el metódico Vettel y el incombustible Hamilton. Y ahora Max Verstappen se une a este selecto club con solo 26 años. Da vértigo pensar hasta dónde puede llegar este chaval.
El RB20: anatomía de una bestia
Vale, que nos ponemos técnicos. El RB20 ha sido una evolución del ya demoledor RB19, pero con algunos problemillas que nos han mantenido en vilo. Adrian Newey y su tropa se han marcado un diseño revolucionario en los pontones que ha dado más dolores de cabeza de los esperados. El coche ha sido rapidísimo a una vuelta, pero más sensible que un mimbre con los neumáticos en carrera.
Lo más curioso es que, por primera vez en mucho tiempo, hemos visto a Red Bull Racing sudar la gota gorda con la puesta a punto. El famoso porpoising que tanto dio que hablar el año pasado ha vuelto a asomar la cabeza en algunos circuitos, y el balance aerodinámico ha sido más delicado que un flan.
El futuro: ¿hay techo para Super Max?
Vamos a ser sinceros: Max Verstappen está en racha y no parece que vaya a aflojar. Con cuatro mundiales en el bolsillo y siendo más joven que muchos rookies, el cielo es el límite. Los récords de Hamilton y Schumacher, que parecían cosa de otro planeta hace unos años, ahora están en el punto de mira.
Pero ojo, que la competencia no se duerme en los laureles. McLaren ha dado un paso al frente bestial, Ferrari parece que por fin ha encontrado la tecla, aunque ya sabemos cómo son las cosas en Maranello, y Mercedes… bueno, son Mercedes, tarde o temprano volverán a dar guerra.
A por todas en Abu Dabi
Y aunque el Mundial de Fórmula 1 ya está decidido, aún nos queda la guinda del pastel en Yas Marina. Verstappen querrá cerrar el año por todo lo alto, pero Norris y compañía no se lo van a poner en bandeja. Como decía el mítico Murray Walker: “Con la Fórmula 1, todo es posible”.
En fin, amigos de Miana Motor, que levante la mano quien pensaba hace siete años, cuando aquel chavalín debutaba con Toro Rosso, que estaríamos hablando de uno de los más grandes de la historia. Nosotros la levantamos, que para algo somos unos románticos del motor. Y es que Max Verstappen no solo ha ganado cuatro mundiales: ha redefinido lo que significa ser un campeón de Fórmula 1.
¿Y vosotros qué pensáis? ¿Hasta dónde creéis que llegará Super Max? Dejádnoslo en los comentarios, que ya sabéis que en Miana Motor nos pirra debatir sobre Fórmula 1 hasta las tantas.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.