
Si llevas años esperando el relevo del GT-R R35, agárrate porque por fin hay noticias oficiales. El nuevo Nissan GT-R R36 llegará en los próximos 3 a 5 años, y contra todo pronóstico, no será eléctrico. Será híbrido, con un motor V6 biturbo acompañado de algún tipo de sistema eléctrico aún por definir. Un volantazo inesperado si tenemos en cuenta que Nissan lleva años vendiéndonos la moto de que su futuro era 100% eléctrico.
Pero si uno rasca un poco, todo empieza a encajar. ¿Por qué ahora un híbrido? ¿Por qué no seguir con la apuesta por los eléctricos? ¿Qué ha pasado con el Hyper Force, aquel concept car que parecía sacado de un anime cyberpunk? La respuesta no está solo bajo el capó del R36. Está también en los libros de cuentas de Nissan.
De Nürburgring a la oficina de contabilidad
Ponz Pandikuthira, jefe de planificación de producto en Nissan Norteamérica, lo dejó claro en una entrevista reciente: los prototipos 100% eléctricos del futuro GT-R eran espectaculares, pero imprácticos. Tras una vuelta rápida al Nürburgring, necesitaban recargar. Y no estamos hablando de cinco minutos para repostar como en un R34, sino de largas pausas que aniquilan la experiencia de conducción que define a Godzilla.
El nuevo Nissan GT-R R36 debe ser rápido, brutal, y capaz de hacer varias vueltas sin que salte una alarma de batería baja. Y para eso, de momento, la tecnología eléctrica pura no da la talla.
Entonces, ¿por qué no seguir perfeccionándola? Porque Nissan no está en condiciones de permitirse lujos. En 2024 recortó un 70% su previsión de beneficios anuales. Su beneficio operativo cayó un 99% en el primer trimestre fiscal. Despidieron a 9.000 personas y tuvieron que cancelar negociaciones clave con Honda. Hasta han cambiado de CEO. La marca que un día fue pionera con el Leaf ahora está atrapada entre lo que quiere hacer y lo que puede pagar.
Adiós al EV puro, hola al pragmatismo
Nissan ha invertido muchísimo en electrificación. Su problema es que ha llegado tarde a casi todo. Cuando el Leaf salió, fue pionero. Pero nunca evolucionó como debía. Mientras tanto, Tesla, BYD y hasta Hyundai les pasaron por la derecha. ¿Y qué haces cuando no puedes liderar con lo que te gustaría? Pues vuelves a lo que sabes hacer bien: motores de combustión con apoyo eléctrico, aprovechando lo que ya tienes.
El nuevo Nissan GT-R R36 será eso. Un híbrido con músculo, posiblemente enchufable, con unos 70 km de autonomía eléctrica para contentar a los burócratas, pero con un V6 biturbo listo para rugir. Y no porque sea lo que Nissan soñaba, sino porque es lo que puede hacer.
¿Un nuevo Nissan GT-R R36? Sí, pero con enchufe
A falta de más detalles, todo apunta a que el nuevo Nissan GT-R R36 usará una versión evolucionada del VR38DETT o un nuevo motor dentro de la familia V6 turbo. Lo combinará con una batería de unos 30 kWh y un sistema de tracción total revisado. No esperes un peso pluma ni un coche purista. Esto será un Godzilla 2.0, más pesado, más complejo, pero también más viable.
Y lo más importante: será una bestia con alma. No una lavadora con ruedas.
¿Y si Nissan volviera a divertirse?
El regreso del GT-R es buena noticia, pero deja en el aire una pregunta aún más interesante: ¿cuándo volverá Nissan a fabricar coches con alma para los mortales?
En Japón lanzaron en 2023 un Skyline Nismo con 420 CV que podría ser el sucesor espiritual de aquellos sedanes deportivos que tanto echamos de menos. Pero fuera de su mercado local, nada de nada. Y mientras tanto, el ciudadano medio se queda con SUVs anónimos y eléctricos que parecen diseñados por contables.
Si Nissan quiere sobrevivir, no basta con traer de vuelta a Godzilla con baterías con el nuevo Nissan GT-R R36. Tiene que volver a enamorar. Un Skyline Nismo global a precio razonable, y una gama de utilitarios híbridos económicos y divertidos para los menos pudientes serían una receta mucho más sabrosa que cualquier hoja de ruta eléctrica dictada por Bruselas.
Queremos coches que nos hagan sonreír. No sólo cifras que cuadren en Excel.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.