
Puedes hacerte con uno de los coches más raros de la historia por solo 6.000 dólares. Y cuando decimos raro nos quedamos cortos: el Electrek Uncar de 1982 parece que lo montaron en una noche de borrachera usando piezas del desguace como quien hace un collage con los folletos del supermercado.
«¿Pero esto qué narices es?»
La historia del Electrek Uncar empieza en Colorado, a finales de los 70. Un chaval de Unique Mobility se debió de pasar con los hongos una madrugada y soltó: «Tíos, ¿y si nos montamos un coche eléctrico que parezca el hijo bastardo de un Volkswagen The Thing y el Papamóvil?» Lo más flipante no es que lo dijera, es que nadie le mandó a dormir la mona.
Te encuentras ante el resultado de meter en una coctelera un Beetle, un poco de Citroën DS, un toque de «coche del futuro» de los dibujos animados de los 60, y agitarlo todo hasta que salió… esto. Vamos, que responde a todas las preguntas con un rotundo «¿Por qué no?» que solamente se nos ocurre con dos cubatas de más.
Las «prestaciones» (las comillas van con toda la mala leche)

Agarraos que vienen curvas, o bueno, da igual porque este trasto las tome como un caracol con vértigo.
El corazón de esta aberración es un motor GE brushed DC shunt de 32 kW que tira casi tanto como el microondas de la casa de tus padres y va alimentado por una batería de 17,5 kWh, lo que hoy llevan dos patinetes eléctricos. La autonomía, rezando mucho, alcanza los 80-112 kilómetros, y su velocidad máxima roza los 110 km/h en teoría y cuesta abajo, sobre todo cuesta abajo y si tienes huevos.
Aún así, lo mejor es su aceleración: tarda NUEVE SEGUNDOS en llegar a 48 km/h. Te sale más a cuenta caminar que esperar esa eternidad.
Un cambio manual que tiene más sentido del que parece

Aquí es donde la cosa se pone medianamente interesante. A este electrodomético le metieron un cambio manual de 4 velocidades que, contra todo pronóstico, resulta ser de lo más útil con este motor tan justito.
La verdad es que con solo 32 kW de potencia necesitas todas las marcas que puedas pillar para sacarle algo de chicha al invento: la primera y segunda son fundamentales para no hacer el más el ridículo en las cuestas, mientras que la tercera y cuarta te permiten mantener una velocidad decente sin que el motor acabe echando humo.
El rey indiscutible del desguace

Te parecerá que el Frankenstein de Mary Shelley era un un monstrenco reciclado hasta que conozcas la procedencia de las piezas del Electrek Uncar. La carrocería es de fibra de vidrio, porque el metal era demasiado convencional. Le mangaron cachos al Chevy Monza, algunas piezas al VW Rabbit y otras cosillas al Triumph TR4 para darle un toque British. La guinda del pastel es la luna trasera de un Mercury, que viene con logo incluido porque les dio pereza quitarlo.
Historia y producción (Así llamaban a tirar dinero a carretadas)

Los chavales de Unique Mobility, en Englewood, Colorado, montaron unos 50 de estos cacharros entre finales de los 70 y 1982 y les pusieron un precio de 25.000 dólares, que hoy serían unos 109.000 pavos. Vamos, que por el precio de entonces te comprabas un Porsche y te sobraba para gasolina. Pero claro, eso habría sido demasiado normal.
La oportunidad de tu vida (si tu vida necesita más complicaciones)
El Electrek Uncar que está a la venta en San Diego tiene 8.000 kilómetros, que ya son paciencia andando en este trasto, y viene equipado como si fuera un coche de verdad: interior en cuero y ante con detalles blancos para disimular tu cara de tristeza eterna, techo solar para salir cuando vuelques, asientos reclinables para esperar cómodo cuando te quedes tirado, y faros LED como único guiño al siglo XXI.
¿Por qué deberías comprarlo?

Las razones para hacerte con este trasto son tan absurdas como el propio Electrek Uncar: serás el único en tu barrio (y probablemente en tu país), tienes garantizado el primer premio en cualquier concurso de coches feos y podrás presumir de tener un EV con cambio manual, aunque Toyota los va a sacar más guapos. Es más exclusivo que un Ferrari 12 Cilindri, pero follarás menos que con uno.
Conclusión: Un trozo de historia (de esos que mejor olvidar)

El Electrek Uncar es la prueba viviente de que no todo lo raro es valioso, pero todo lo raro da para unas risas. Es como si alguien hubiera diseñado un coche eléctrico después de ver «Regreso al Futuro» con 40 de fiebre y una botella de tequila.
Si estás buscando un EV que haga que el Cybertruck parezca un diseño elegante, aquí tienes tu oportunidad. Solo asegúrate de tener preparada una buena explicación para cuando tus colegas, tu familia, la policía, y básicamente cualquier ser humano que lo vea, te pregunte «¿pero por qué?»
Y recuerda: en los años 80 esto costaba más que un Porsche 911. Si eso no te hace sentir mejor sobre tus decisiones financieras, nada lo hará.
¿Habéis visto alguna vez un Electrek Uncar en persona? ¿Conocéis algún otro coche que sea igual de «especial»? Contádnoslo en los comentarios, que seguro que nos echamos unas risas.
PD: Si eres el actual propietario del Electrek Uncar, lo sentimos mucho. Haber estudiado.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.