
La vida da muchas vueltas, porque MG, la marca que nos enamoró con sus roadsters británicos, vuelve a su esencia… pero desde China. Y lo hace con el MG Cyberster, un deportivo eléctrico con alas de gaviota que promete dar mucha guerra. ¿El problema? Que con la guerra comercial contra los coches chinos, es probable que no lo veamos por aquí.
De Abingdon a Shanghai: La metamorfosis de MG

Para entender el MG Cyberster hay que entender primero el viaje de MG. La marca que nació en Abingdon de la mano de Cecil Kimber (sí, el de Kimber Road) ha vivido más vidas que un gato.
Primero fueron los roadsters que conquistaron América, luego las versiones deportivas de British Leyland, más tarde el MG F con motor central (primer diseño del ahora jefazo de Land Rover, Gerry McGovern), y después… la nada.
BMW fue la primera en intentar reanimarla, luego vino MG Rover con aquel salvaje MG SV con motor V8 de Ford (¿alguien se acuerda?) y con el MG ZS 180, y finalmente en 2005 abandonó toda esperanza y la compró Nanjing Automobile Corporation, que acabaría fusionándose con el gigante SAIC.
Muchos pensábamos que la marca había estirado la pata, pero MG vendió 840.000 coches en 2023, que para que os hagáis una idea, es más que en toda su época británica.
Sin embargo, en cierto modo estiró la pata porque la marca se reinventó con SUVs y compactos asequibles, que es como empeñarte en que Casio y Rolex son lo mismo porque sirven para dar la hora.
Faltaba algo. La marca iba más allá del emblema y los chinos lo han entendido por fin. Van a sacar músculo con el MG Cyberster.
Anatomía del MG Cyberster

Vamos a los números, que son para flipar. El MG Cyberster viene en dos versiones:
- Trophy: Motor trasero, 340 CV, unos 56.000€
- Performance: Doble motor, 503 CV, unos 63.000€
Las dimensiones son otro cantar:
- Longitud: 4,53 metros (62 cm más que un Miata)
- Anchura: 1,91 metros (18 cm más que el japonés)
- Peso: 1.987 kg (casi dobla al Mazda)
¿Y las famosas alas de gaviota? Son el elemento más llamativo y probablemente el más controvertido. Son eléctricas (porque 2024), pero tienen sus peculiaridades: son lentas, tienen sensores que las paran si detectan obstáculos, y el botón exterior tiene un retardo que te vuelve loco. Es como si MG hubiera pensado «¿qué es lo más complicado que podemos hacer con unas puertas?» y hubieran ido a por ello.

El interior del MG Cyberster es… diferente. Para empezar, te sientas más alto de lo que esperarías en un roadster por culpa de la batería de 77 kWh que va bajo el suelo. Y no, el asiento no baja más. Es como si MG hubiera decidido que los roadsters tradicionales son demasiado bajos y hubiera querido dar una perspectiva tipo SUV. Curioso, cuanto menos.
Pero los materiales sorprenden, y para bien. El salpicadero está forrado en cuero, hay microfibra por todas partes y los altavoces tienen embellecedores metálicos que no desentonarían en un Porsche. La consola central tiene un diseño que recuerda al Corvette C8, incluso con un agarradero para el copiloto. Por si acaso las prestaciones le asustan, suponemos.
Y luego están las pantallas. Si te parece que los coches e calle tiene demasiadas, vas a flipar porque el MG Cyberster tiene CUATRO:
- Panel táctil en la consola para clima y modos de conducción
- Pantalla principal para navegación y entretenimiento
- Cuadro de instrumentos digital
- Y otra más a la derecha que… bueno, que está ahí, mostrando el tiempo y la autonomía
Sensaciones al volante

El MG Cyberster es rápido. Muy rápido. Los 503 CV de la versión bimotor te catapultan de 0 a 100 en 3,2 segundos, que es una barbaridad para un roadster. La tracción es brutal incluso en mojado, gracias a unos Pirelli P Zero que hacen horas extra.
Pero aquí viene el pero: por encima de 160 km/h, la cosa se calma. El limitador está en 200 km/h, aunque llegarás antes al final de la autonomía que a esa velocidad. Y en curvas… bueno, digamos que se nota que pesa dos toneladas.
La dirección es rápida pero tiene menos feedback que un político en campaña. Te las apañas, claro, pero más por fe que por sensaciones. Y luego está el tema del par motor: en superficies irregulares, el bimotor tiene tanto par que a veces parece que quiere ir por su cuenta.
Con el techo puesto, el refinamiento sorprende. Con el techo quitado (operación que lleva 10 segundos y se puede hacer hasta 30 km/h), la aerodinámica hace de las suyas. En nuestras pruebas, consiguió levitar un vaso de café vacío y pegarlo al parabrisas. No es broma.
¿El futuro de los roadsters?

La autonomía WLTP es de 444 km, y la carga rápida llega a 144 kW. No son números para tirar cohetes en 2024, pero tampoco están mal. Y aquí viene lo interesante: ¿con quién compite el MG Cyberster?
El rival más cercano sería el Maserati GranCabrio Folgore, que cuesta el triple. Tesla no tiene nada parecido, Porsche tampoco… Es como si MG hubiera encontrado un nicho que nadie más vio, o que nadie se atrevió a explorar, y en realidad es el viejo nicho: El de los amantes del motor.
¿Es perfecto? No. La posición de conducción es extraña, las puertas son un dolor de cabeza, y dinámicamente tiene margen de mejora. Pero demuestra que la industria china ya no va a remolque: está marcando el paso.
¿Qué opináis?
¿Es el MG Cyberster el futuro de los roadsters o un experimento interesante pero fallido? ¿Creéis que veremos respuestas europeas? La palabra es vuestra.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.