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El hidrógeno como alternativa a las baterías de los coches eléctricos: ¿podría ser la solución?

José Manuel Miana

Incendio de un coche eléctrico en Alcorcón
El Imparcial

A pelo: el incendio de Alcorcón del 2 de abril de 2025, con dos bomberos muertos y otro hecho polvo intentando apagar un coche eléctrico en un garaje, nos ha puesto los pelos de punta por lo grave que ha sido.

No es para menos, ni de coña. Apagar un fuego de baterías de litio es un calvario en el que pasan horas echando agua y montones de gases capaces de quemar los pulmones por dentro porque la reacción en cadena del litio no hay quién la pare. Nos venden los eléctricos como el no va más, pero sinceramente, no deberíamos tragar con la movilidad sostenible a cualquier precio. Las baterías tienen un problema gordo ahora mismo, y por eso os vamos a hablar del hidrógeno. No es la Virgen María, pero creemos que merece la pena incluírlo en el mix del futuro.

Las baterías de litio nos las han colado como si fueran la solución a todo. Vale que han quitado humos en las ciudades, pero ¿a qué precio?: Ahora mismo hay minas a patadas reventando ecosistemas enteros, una escasez de litio y cobalto anunciada, y unos tiempos de carga que te hacen plantearte comprar una bicicleta. Para colmo, cuando se tuerce la carga, provoca unos incendios que dan miedo. En Miana Motor estamos hasta el gorro de que nos pinten la «sostenibilidad» como si fuera intocable. No, no estamos en contra de la ecología, y tampoco del coche eléctrico, porque a menudo hablamos bien de él. De lo que estamos en contra es de la cerrazón de mente de algunos políticos y fabricantes, que se parecen al alcalde de «Tiburón» empeñado en negar el peligro con tal de no perder ingresos.

¿Y si el futuro no es solo enchufar coches? El hidrógeno lleva tiempo en la recámara, y aunque no lo tenemos claro del todo, nos da una opción para no seguir atados a las baterías y diversificar nuestras fuentes de energía.

El hidrógeno: menos promesas y más asfalto

Toyota Mirai azul.
Toyota

Los coches de pila de combustible (FCEV) no dejan de ser coches eléctricos: cogen hidrógeno (H2) de un depósito, lo mezclan con oxígeno (O2) y sacan electricidad para el motor. ¿Qué sale por el tubo? Vapor de agua (H2O). Repostas en tres minutos, te olvidas de cables y no llevas un pedazo de litio que pueda convertirse en una hoguera de San Juan sin avisar. Para nosotros, que nos gusta la carretera sin complicaciones, esto suena bien.

También es cierto que si hay un incendio, un tanque de hidrógeno no es una broma (si revienta, te planta en Soria como poco), pero el gas se puede liberar rápido y así no se queda avivando un fuego eterno como las baterías. Nos gusta esa idea de no jugarnos tanto el tipo, aunque no nos creemos que sea coser y cantar.

No, no son pocos los peros al hidrógeno: Las hidrogeneras son una utopía (en España tenemos 11 raspadas), y hacer hidrógeno «verde» con renovables sale por un pico y es poco eficiente. Podría solucionarse empleando energía nuclear y almacenando la energía sobrante en hidrógeno, pero eso es más un tema para entendidos como Operador Nuclear que para nosotros.

Hay marcas como Toyota y Hyundai, con el Mirai y el Nexo, que llevan años diciendo que esto va a despegar, y nosotros seguimos esperando sentados pero ilusionados. Tampoco nos chupamos el dedo: esto no arranca porque ahora mismo el interés está en el eléctrico puro y hay demasiado burócrata dando por saco con temas que se les escapan totalmente. Nos toca las narices ese postureo de «movilidad sostenible» que se queda en palabras y no en hechos por ese puñetero empeño en lo cosmético.

Renault da un paso, pero no nos vale con parches

Centímetros Cúbicos | YouTube

Hay que darle un aplauso a Renault por su Fireman Access, que es un disco que tapa la batería de normal y que con un buen manguerazo, deja que los bomberos la inunden en minutos. Nada de estar horas dándole al agua ni de improvisar piscinas con contenedores. Además lo han sacado gratis para que lo use cualquier marca. En Miana Motor decimos olé: es un detalle práctico y con dos dedos de frente, de los que escasean. Aún así es un apaño para un problema de largo recorrido. Las baterías de litio siguen siendo un riesgo, y aunque Renault haya dado en el clavo, nosotros queremos algo que no necesite remiendos, sino que zanje la cuestión.

Por eso defendemos el hidrógeno. No lleva líquidos inflamables, no depende de esclavizar a niños en minas, y te da una buena autonomía sin tenerte media hora mirando el enchufe como un pasmarote. Eso sí: más vale que nos prometan que van a desarrollar los depósitos con más transparencia que las baterías. Ya nos jodería defender hoy el hidrógeno y ver dentro de unos años que gracias a algún chupatintas que quería ahorrar, ha volado un edificio.

Marcas: menos cuentos y más coches

BMW | YouTube

Nos han enseñado prototipos de quitar el hipo, como el Alpine A4810, el BMW i Hydrogen Next, y un porrón más, que luego se quedan en ferias cogiendo polvo. Nos venden sostenibilidad, pero las hidrogeneras no aparecen. Nos tienen hasta las narices con tanto paripé.

Sí, es verdad que el hidrógeno no es tan eficiente como la carga de una batería, pero también tiene su puntito fuerte para camiones, autobuses o viajes largos, donde las baterías se quedan cortas por peso o por lo que tardan en cargar.

Qué coches nos están enseñando

Algo se mueve, aunque sea a paso de tortuga. Toyota ha sacado un Mirai nuevo para 2025, con más autonomía y menos consumo, pero cuesta un cojón. Hyundai promete un Nexo mejorado para 2026, con 800 km, aunque no nos fiamos hasta que lo tengamos delante. BMW, con su X5 de hidrógeno, dice que 2025, pero en plan «edición limitada» que huele a postureo, ya veremos.

El veredicto desde Miana Motor

En Miana Motor no nos tragamos el rollo de la movilidad sostenible como si fuera la Biblia. Las baterías de litio nos han dado algo, pero también nos han enseñado sus miserias: incendios, dependencia de materiales chungos, una «sostenibilidad» que muchas veces es puro márketing. El hidrógeno nos llama la atención porque esquiva algunos de esos marrones, pero no nos ciega: sin hidrogeneras ni compromiso serio de las marcas, se queda en un brindis al sol. Nos gusta lo de Renault, nos gusta que haya alternativas, pero estamos hartos de que nos vendan la moto. El hidrógeno puede ser una vía, pero solo si las marcas dejan de hablar y empiezan a currar. ¿Tú qué opinas? Dinos en los comentarios.

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