
Si te preguntan por el futuro de la movilidad urbana y lo primero que te viene a la cabeza es un Tesla con 1.000 km de autonomía o un SUV eléctrico de tres toneladas, es que no estás prestando atención a lo que realmente se cuece en las grandes ciudades. Si además te dijeran que el coche del futuro parece un archivo comprimido .rar en lugar de un vehículo tradicional, pues igual te reirías.
Pero ahí está Toyota con su FT-Me, un concepto de micromovilidad que bien podría haber salido de un videojuego Cyberpunk. Si el Citroën Ami es un contenedor de plásticos con ruedas, este FT-Me parece sacado directamente de un callejón de Night City.
Un Ami del futuro, pero con más estilo

El Toyota FT-Me mide apenas dos metros y medio de largo, así que encaja en la categoría L6 europea, lo que significa que podría ser conducido por personas con licencia de ciclomotor. No es un coche como tal, sino un cuadriciclo eléctrico de baja velocidad pensado para calles atestadas de bicis, patinetes y peatones. Toyota lo describe como «movilidad para todos», enfocándose en jóvenes y en quienes buscan reducir su huella en la jungla urbana.
Su diseño es peculiar: Toyota dice que se inspiraron en un casco de piloto, lo que suena bien, pero lo cierto es que parece un Smart ForTwo con estética cyberpunk. Y aunque su forma es compacta, su función está bien pensada: tiene controles completamente manuales, sin pedales, lo que lo hace accesible para personas con movilidad reducida. Además, su techo solar puede sumar hasta 30 km extra de autonomía en días soleados, lo que en países como España podría marcar una diferencia real.
45 km/h: Suficiente en ciudad, desesperante en cualquier otro sitio

El FT-Me está limitado a 45 km/h, que para moverse entre semáforos puede valer, pero fuera de ciudad es una receta para convertirse en obstáculo rodante que te condena a rodar por el arcén. Si bien en las megaciudades como París, Berlín o Barcelona podría tener su hueco, en las ciudades pequeñas con menos infraestructura para estos vehículos y más facilidad para caminar, la cosa se le complica. De los pueblos es mejor que se olviden directamente: intentar salir de un polígono industrial con un FT-Me puede ser una experiencia más aterradora que un día sin batería en el móvil.
¿Moda pasajera o el futuro real?
Toyota no es la única en esta carrera. Citroën ya ha vendido miles de Ami en Europa, y BMW está apostando fuerte por los scooters eléctricos con diseño futurista. La clave aquí será el precio: si el FT-Me sale a un coste similar al de un scooter de gama media, podría tener éxito. Pero si Toyota se pasa con el precio, los compradores potenciales podrían optar por un patinete eléctrico premium o una bici eléctrica, que ofrecen flexibilidad sin la necesidad de aparcamiento. Todo esto sin tener en cuenta que los chinos ya tienen una amplia oferta de microcoches a precios muy atractivos.
En definitiva, el FT-Me es una apuesta interesante en la dirección correcta: un coche eléctrico minimalista, adaptado a las necesidades reales de las ciudades, y también es un recordatorio de que la movilidad está cambiando, y no siempre en la dirección que esperamos.
Puede que el futuro de la movilidad no sea un supercoche con 1.500 CV, sino un cuadriciclo de 45 km/h con techo solar, pero también se decía en los 90 con los microcoches diésel.
Y aquí seguimos.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.