Si pensabas que ya lo habías visto todo en el mundo del motor, prepárate para sorprenderte. La realidad, a veces, supera a la ficción, y en esta ocasión, pareciera que alguien tomó demasiado en serio la idea de «The Fast and the Fúnebre». ¿Te imaginas un coche fúnebre participando en carreras ilegales? Pues esto ocurrió recientemente en O Porriño (Pontevedra), donde la Policía Local disolvió una reunión clandestina de vehículos que incluía, ni más ni menos, que un vehículo fúnebre.
Una noche movida en el polígono
La llamada ‘Operación Caba’ se desplegó durante la noche del sábado al domingo pasado en el polígono industrial Oceanis-Cataboi. Lo que comenzó como simples quedadas entre amantes del motor, evolucionó en las últimas semanas hasta convertirse en concentraciones masivas con casi un millar de personas.
Estas reuniones, convocadas a través de las redes sociales, derivaron en exhibiciones de conducción temeraria, trompos y carreras ilegales que ponían en grave riesgo la seguridad pública.
Las autoridades, alertadas por el creciente peligro que suponían estas concentraciones, decidieron actuar. Coordinada por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 1 de O Porriño, la policía local cerró sorpresivamente todos los accesos al polígono a las 00:55 horas del 13 de octubre, obligando a los vehículos a salir por un único paso donde se realizaron inspecciones exhaustivas.
El ambiente estaba un poco muerto
Entre los vehículos inspeccionados, los agentes se toparon con una sorpresa digna de película: un coche fúnebre participando en las carreras ilegales. Sí, ese vehículo que asociamos con momentos solemnes y pausados, ahora era parte de una competición clandestina a alta velocidad. Parece que alguien quiso darle un giro de 180 grados al concepto de «último viaje».
No sabemos si el conductor buscaba pasar desapercibido o si simplemente tenía un peculiar sentido del humor, pero lo cierto es que la presencia del fúnebre añadió un toque surrealista a la noche. Imagina la escena: motores rugiendo, neumáticos chirriando, y entre ellos, un coche fúnebre acelerando como alma que lleva el diablo. Si esto no es material para una nueva entrega de «The Fast and the Furious«, no sabemos qué lo sea.
Consecuencias de pisar el acelerador a lo loco
La operación policial culminó con cinco conductores investigados por un supuesto delito de conducción temeraria, quienes fueron citados ante el juzgado correspondiente. Cuatro de ellos aceptaron la pena de prisión y la retirada del permiso de conducción solicitada por el Ministerio Fiscal. El quinto está pendiente de comparecer con su abogado.
Además, nueve conductores enfrentan denuncias administrativas, con sanciones de 500 euros y la pérdida de seis puntos del carné de conducir. También se registraron más de 20 infracciones al Reglamento General de Vehículos, incluyendo denuncias por circular sin seguro y sin cinturón de seguridad.
Las investigaciones indican que este tipo de concentraciones se están replicando en otros municipios de la comarca e incluso en el país vecino. Los organizadores, conscientes de la ilegalidad de sus actos, implementan medidas de vigilancia para detectar la presencia policial. Sin embargo, en esta ocasión, fueron sorprendidos infraganti.
Una reflexión con humor
Aunque la situación es seria y las acciones de estos conductores son reprobables, no podemos evitar encontrar cierto tono cómico en toda esta historia. Un coche fúnebre participando en carreras ilegales es una imagen que parece sacada de una parodia o de una película de acción con tintes humorísticos.
Quizás el conductor del fúnebre pensó que nadie lo adelantaría por respeto, o que los demás competidores quedarían tan sorprendidos que perderían valiosos segundos. O tal vez simplemente quiso demostrar que hasta los vehículos más inesperados pueden tener un lado salvaje. Personalmente, nos inclinamos por el disimulo. Es un coche que pocos policías esperan ver participando en carreras ilegales.
Mantén la pasión en el carril correcto
Como amantes del motor, sabemos que la adrenalina y la velocidad son tentadoras, pero es fundamental mantenernos dentro de la legalidad y la seguridad. Las carreras y exhibiciones deberían realizarse en entornos controlados, como los circuitos oficiales (aunque los están cerrando), donde todos pueden disfrutar sin poner en riesgo sus vidas ni las de los demás.
Esta anécdota nos sirve para recordar que, aunque la realidad pueda inspirar guiones de cine, las consecuencias de estos actos son muy reales. No queremos que nuestras carreteras se conviertan en escenarios de películas de acción con finales trágicos.
En resumen
La próxima vez que veas pasar un coche fúnebre, quizás te preguntes si está camino de un servicio o si se dispone a participar en una carrera clandestina. Esperemos que esta sea una historia aislada y que los conductores tomen conciencia de la importancia de la seguridad vial.
Mientras tanto, seguiremos disfrutando de nuestra pasión por el motor, manteniendo el humor y la responsabilidad en equilibrio. Y quién sabe, tal vez algún día veamos en la gran pantalla «The Fast and the Fúnebre», pero hasta entonces, mejor dejar las carreras para los circuitos y mantener nuestros coches, fúnebres o no, en el carril correcto.
Te dejamos con una foto real del suceso:
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Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.