
Chavales, os traemos una de esas noticias que duelen en el alma del automovilismo español. Nuestro querido Carlos Sainz se retira del Dakar 2025, pero ojo, que no ha sido por decisión propia. La FIA le ha mandado para casa después de que su Ford Raptor T1+ quedara más destrozado que un Seat Panda en una concentración tuning.
El principio del fin: Un vuelco de los que hacen historia
Todo empezó en la etapa maratón de 48 horas, esa que los organizadores se han sacado de la manga este año para hacer sufrir más a los pilotos. El Matador, que defendía título después de su épica victoria con Audi en 2024, se dio la vuelta de campana con su Ford Raptor como si estuviera en una atracción de feria.
Pero aquí viene lo bueno: en vez de quedarse lloriqueando en medio del desierto, Sainz hizo lo que solo los auténticos campeones saben hacer. Se puso a pillar como si no hubiera un mañana, sin parabrisas, tapándose del sol con una mano y con el coche más destrozado que las esperanzas de Williams en cada inicio de temporada de F1 (No esta, que Carlos Sainz hijo ficha con Williams).
Cuando la FIA dice «no», es «no» (aunque seas Carlos Sainz)
La cosa es que nuestro héroe consiguió terminar la etapa, perdiendo hora y media con respecto al líder. Vale, las opciones de victoria se habían ido al garete, pero el Matador quería seguir en carrera. ¿Para qué? Pues para lo que hacen los grandes: ayudar al equipo, aprender para el año que viene y, por qué no decirlo, dar un poco de guerra si se terciaba.
Pero entonces apareció la FIA con su reglamento bajo el brazo y dijo: «Hasta aquí hemos llegado, señores». El motivo oficial es que la jaula de seguridad del Ford quedó dañada en la zona del copiloto. Y con estas cosas no se juega, que para algo están los reglamentos (aunque a veces nos parezcan más restrictivos que un padre en los años 50).
Los detalles técnicos (que son importantes, oye)
Vamos a ponernos técnicos un momento, que esto también mola. El Ford Raptor T1+ de Sainz y Cruz no era un coche cualquiera. Estamos hablando de una bestia con un V8 Coyote de 360 CV y tracción total, diseñado específicamente para comerse el desierto. Pero ni siquiera una máquina así es inmune a un buen tortazo.
La FIA encontró que el arco de seguridad había sufrido daños estructurales. Y aquí viene el debate interesante: Ford, que no es precisamente una marca de garaje, decía que podía repararlo y dejarlo incluso más seguro que antes. Pero la FIA se mantuvo en sus trece: según el reglamento, solo se permite soldar, no añadir piezas nuevas. Fin de la discusión.
El octavo abandono duele como el primero
Este es el octavo abandono de Sainz en el Dakar, pero no os equivoquéis: cada uno duele como si fuera el primero. Especialmente cuando vienes de ganar el año anterior y sabes que tienes coche para pelear por todo.
Lo más frustrante es que el Matador no se retira por falta de ritmo o por haberse quedado sin fuerzas a sus 62 tacos (que los tiene tan bien llevados que ya quisieran muchos veinteañeros). Se retira porque la FIA dice que su coche no es seguro, aunque Ford insista en que podría dejarlo mejor que nuevo.
¿Y ahora qué?
Pues ahora toca hacer lo que mejor se le da a Sainz: pasar página y pensar en el siguiente desafío. Porque si algo nos ha demostrado el madrileño es que tiene más vidas que un gato y más hambre de victoria que un león en ayunas. Carlos Sainz se retira, pero por suerte, solamente de esta edición.
La lección que nos deja
Si algo nos enseña esta historia es que el Dakar sigue siendo el Dakar. Da igual que ahora se corra en Arabia Saudí en vez de en África, que haya GPS o que los coches parezcan naves espaciales. Sigue siendo la carrera más dura del mundo, capaz de mandar a casa a cualquiera, incluso al vigente campeón.
Para terminar…
Carlos Sainz se retira del Dakar 2025, sí, pero apostamos a que ya está pensando en el 2026. Porque así es el Matador: más terco que una mula y más resiliente que un Nokia 3310. Y nosotros estaremos aquí para contároslo, que para eso somos más pesados que el manual de instrucciones de un BMW.
Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Ha sido demasiado estricta la FIA? ¿Debería haber dejado que Ford reparara el coche? Dejádnoslo en los comentarios, que ya sabéis que nos encanta leer vuestras teorías conspiranoicas sobre la FIA y sus decisiones.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.