
Hay días en los que la suerte te sonríe… y otros en los que te escupe en la cara. Imagina que te toca un Porsche 911 GT3 RS en un sorteo. Te sientes el rey del mundo, sales a la carretera, y cinco minutos después lo conviertes en chatarra. Pues eso es exactamente lo que le ha pasado a un tipo en Nevada, y la historia es digna de una película de humor negro.
La historia del 911 GT3 RS que conoció la cuneta

Tuner Cult, una empresa de ropa que de vez en cuando regala coches a los gasolineros con sueños de grandeza, entregó el pasado septiembre un espectacular Porsche 911 GT3 RS de 2016 y 50.000 dólares en efectivo a un afortunado ganador. El coche, vestido en un llamativo morado, era un juguete de 500 CV listo para devorar curvas. Pero parece que el nuevo dueño no le pilló el truco a la bestia, porque la semana pasada terminó estampado en una carretera de montaña.
Según informó la Oficina del Sheriff del Condado de Storey, el Porsche volaba entre 80 y 85 mph (unos 130 km/h) en una zona limitada a 45 mph (70 km/h) en la State Route 341, también conocida como Geiger Grade Road. Es una carretera retorcida, con desniveles importantes y curvas ciegas, lo que ya es suficiente para poner a prueba las manos del más pintado. Pero el hombre no iba solo, sino que llevó de copiloto a su peor enemigo: el exceso de confianza (y, según parece, unas copas de más).
De la gloria al talego

El sheriff informó que el conductor intentó esquivar otro coche mientras iba pasadísimo de velocidad, lo que lo llevó a chocar contra un guardarraíl y acabar en una pendiente de tierra, con el Porsche milagrosamente sobre sus ruedas. Pero lo que podría haber quedado en un susto se complicó: el tipo fue detenido bajo sospecha de conducir bajo los efectos del alcohol y, por si no era suficiente, también por posesion de un arma de fuego estando borracho. Vamos, que si la intención era hacer pleno, lo consiguió.
La Oficina del Sheriff fue bastante clara en su comunicado: «Geiger Grade no es un circuito de carreras. Es una carretera de montaña empinada y sinuosa. Para su seguridad y la de los demás, siga todas las leyes de tráfico, incluidas las de velocidad». ¡Gracias por el recordatorio, sheriff! No sea que alguien más tenga la brillante idea de hacer el tramo como si estuviera en el Nordschleife.
Un Porsche destrozado y una lección (quizás) aprendida

Las fotos del desastre muestran que el GT3 RS no salió bien parado: la luneta trasera hecha añicos, dejando a la vista el arco de seguridad, el capó trasero reventado, los paragolpes arrancados y cada una de las luces destrozadas. Y eso sin contar lo que no se ve en las imágenes. Con esos daños, lo más probable es que el coche acabe en un desguace o, con suerte, renazca de sus cenizas en manos de alguien con mucho dinero y paciencia.
Para hacernos una idea de la magnitud de la pérdida, hablamos de un coche valorado en al menos 175.000 dólares, pudiendo llegar hasta los 250.000 en el mercado actual. No está mal para algo que te ha salido «gratis» y que has conseguido destruir en cuestión de meses.
La moraleja de la historia es sencilla: si te toca un coche de este calibre, no te vengas arriba. Respeta la carretera, aprende a conducirlo y, sobre todo, deja el alcohol para cuando estés aparcado en casa. Porque si no, puedes acabar con un 911 menos y una estancia en el calabozo de propina.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.