
El británico Dan Ticktum ha vuelto a hacer magia con lo que tenía. Y lo que tenía era un Porsche 99X Electric de la generación anterior, corriendo para el modesto equipo Cupra Kiro, que pese al nombre de SUV patrio… es americano. Partía 21º y acabó cuarto, delante de todos los coches oficiales de Porsche, incluida la estrella de la casa: Pascal Wehrlein.
Mientras el equipo TAG Heuer Porsche se perdía en la niebla estratégica y en neumáticos que no agarraban ni al gato del paddock, Ticktum exprimía su coche como si estuviera en una final de eliminatorias del Gran Turismo. El inglés ha vuelto a demostrar que tiene manos, nervio y cero paciencia para el postureo eléctrico. Lo suyo es correr y punto.
En un circuito urbano como el de Shanghái, donde adelantar es más complicado que aparcar un Cayenne en un parking del centro, la remontada del Cupra Kiro tiene más mérito aún. Ticktum no tuvo ni la mejor estrategia, ni el mejor coche, ni el equipo más grande. Pero sí el mejor resultado de Porsche… sin ser Porsche.
🛞 Mal día para los oficiales: Wehrlein y da Costa, fuera de los puntos

El equipo oficial de Porsche tuvo una jornada para olvidar. Wehrlein, que salía desde la tercera posición con claras opciones de podio, fue cayendo como un soufflé mal horneado hasta acabar 12º. Le pasó de todo: mala salida, ritmo pobre, y una degradación de neumáticos que parecía patrocinada por una lija.
Da Costa tampoco salvó los muebles. Salía 17º y logró remontar hasta la 13ª posición, pero sin opciones reales de entrar en los puntos. Lo más doloroso es que en los entrenamientos libres había sido el más rápido, lo que hace que el batacazo se sienta aún más injusto. Mucho humo y poco fuego.
La cara en boxes era un poema. Mientras Ticktum celebraba con su ingeniero americano y una pizarra a rotulador, en el box oficial se oía poco más que el zumbido de los ventiladores. El coche oficial no va mal a una vuelta, pero en carrera se funde más rápido que una tableta de chocolate al sol.
⚡ Pit Boost: 600 kW de café para todos

Por primera vez en carrera se activó el sistema de Pit Boost. Todos los monoplazas tuvieron que parar para cargar un 10 % de batería: 3,85 kWh a 600 kW. Es como parar a repostar Red Bull directo a la vena mientras el coche se está jugando la vida en pista. Y, para sorpresa de muchos, funcionó sin errores ni bloqueos.
Lo más interesante es que esta carga relámpago se hizo con la misma tecnología que Porsche usa (o usará) en sus coches de calle. El Taycan Turbo GT, coche de seguridad en pista, carga a 320 kW, por ejemplo. Aquí doblamos la cifra, en plena carrera, sin sustos, sin chispazos y sin que nadie saliera ardiendo. Todo un logro.
Este tipo de innovación, más allá del show, es lo que de verdad puede justificar la Fórmula E como laboratorio de pruebas. Aquí no se habla de “transferencia tecnológica” como excusa: la tecnología ya está en los concesionarios. Y si algo va mal, lo ves en directo, no en un PowerPoint.
📉 ¿Qué ha fallado en Porsche?

Florian Modlinger, jefe del equipo oficial de Porsche, lo resumió con precisión alemana: “No tuvimos ritmo, ni en limpio ni en tráfico”. Básicamente, no había con qué atacar. El coche parecía fuerte el sábado, pero el domingo se quedó sin fuelle. La estrategia fue conservadora y poco valiente.
Wehrlein tampoco se mordió la lengua: “Tuvimos un buen rendimiento en calificación, pero en carrera no funcionó nada”. La degradación fue criminal y las decisiones del muro no ayudaron. Los rivales le pasaban por fuera, por dentro y hasta por la zona de carga rápida.
Da Costa fue más escueto: “No fue un buen día”. Viendo la hoja de tiempos, se entiende. Porsche ha pasado de dominar en Ciudad del Cabo a hacer aguas en Shanghái. Si no espabilan, el campeonato se les puede escapar por la puerta trasera, y ni el Taycan más vitaminado lo va a poder arreglar.
🏆 Clasificación: Porsche, bien… pero sin margen de error

A pesar del desastre, Porsche sigue segunda en la clasificación de constructores, justo detrás de Nissan. Eso sí, ya no hay colchón. Wehrlein marcha tercero en pilotos, con solo un punto de ventaja sobre su compañero Da Costa. El campeonato está al rojo vivo, y cualquiera con dos buenos fines de semana puede voltear la tabla.
La sorpresa es que los puntos de Cupra Kiro también suman para Porsche como marca. Por lo tanto, el cuarto puesto de Ticktum no solo fue bueno para el orgullo, también ayuda a maquillar los números del equipo oficial. Un regalo inesperado desde el “equipo B”.
Ticktum, por su parte, se mete en la lucha por el top 5 del campeonato de pilotos, con un coche que no debería estar ahí. Si sigue a este ritmo, va a obligar a más de uno a explicar por qué el cliente rinde mejor que el proveedor. Y eso, en el paddock, escuece más que un roce en la fibra del difusor.
📆 Próxima cita: más Shanghái y quizás lluvia

La segunda carrera del E-Prix de Shanghái se celebra mañana. Los rumores apuntan a posibles chubascos, lo que puede poner todo patas arriba. En la Fórmula E, cuando cae agua, no hay favoritos: solo supervivientes. Y eso promete espectáculo.
Los equipos ya estudian si arriesgar con mapas de energía más agresivos o jugar al despiste con los Pit Boost. Lo que está claro es que Cupra Kiro, Ticktum y compañía van a por todas. El resto, incluidos los oficiales, harían bien en tomar nota.
Si la lluvia aparece y la pista se convierte en una pista de patinaje, veremos quién sabe nadar en corriente alterna. Porque aquí no gana el que corre más, sino el que sabe cuándo correr y cuándo guardar. Y de eso, Ticktum parece tener un máster.
🔋 Cuando el plan B es mejor que el A

No es solo que Ticktum haya quedado cuarto. Es que lo ha hecho con un coche viejo, en un equipo cliente, y sin el respaldo de un fabricante gigante. El plan B de Porsche —aunque sea por accidente— ha sido más efectivo que el plan A. Duele solo de escribirlo.
Esto debería ser una llamada de atención para los de Weissach. El talento no siempre está donde más se paga, ni los resultados vienen con la etiqueta oficial. A veces el mejor coche no es el más rápido, sino el que se usa mejor. Y Ticktum, hoy, lo ha usado como un martillo neumático.
Quedan carreras, quedan puntos, y queda guerra. Pero si en Porsche no toman nota de lo que está haciendo su cliente, acabarán viendo cómo el título se les escapa… de la forma más eléctrica posible: en silencio.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.