
Parece que en Aston Martin han decidido tomarse su tiempo con los dichosos eléctricos, y la verdad, no podría parecernos mejor idea. Su nuevo CEO, Adrian Hallmark, ha dejado claro que la transición será con calma, con muchos más híbridos de por medio y una buena dosis de V8 y V12 mientras se pueda. En otras palabras: que a los que nos gustan los coches de verdad, nos acaban de regalar una prórroga.
Nada de EV en 2026: los híbridos mandan

Aston Martin prometió hace un tiempo que su primer coche eléctrico llegaría para 2026. Pero ahora Hallmark ha dicho que nanay, que su primer EV llegará antes de 2030, pero sin prisas. En su lugar, lo que sí habrá serán más versiones híbridas enchufables, como el Valhalla o un DBX PHEV, que prometen más potencia que eficiencia. Es decir, que no es tanto para reducir emisiones como para seguir dándole caña a los motores de combustión sin que los reguladores les echen el guante.
La jugada está clara: mientras otros se dan de cabezazos con baterías pesadas y autonomías ridículas, Aston Martin sigue exprimiendo sus motores con el truco de la hibridación. Y conociendo a la marca, no serán precisamente coches que ahorren gasolina, sino que aprovecharán el eléctrico para empujar más fuerte, que es lo que debería ser siempre.
La gasolina sigue siendo la reina hasta el 2035, como poco

Hallmark ha sido bastante claro: hasta 2030, la mayoría de los Aston Martin seguirán siendo de combustión, con algo de apoyo eléctrico. Y después, el cambio será progresivo, con una electrificación completa no antes de 2035 o incluso 2040. Vamos, que la marca de Gaydon tiene claro que sus clientes no están para experimentos de autonomías dudosas y software con bugs.
Además, Hallmark ha dejado caer que los futuros híbridos seguirán confiando en los motores de Mercedes-AMG, pero podrían buscar soluciones de electrificación fuera de la alianza germana. Lo que está claro es que no usarán las baterías de Lucid, reservadas para los eléctricos puros.
Más versiones especiales, menos nostalgia barata

Otra cosa que cambiará en Aston Martin es su estrategia de modelos. Hasta ahora, sacaban un coche y se quedaba prácticamente igual durante toda su vida. Ahora, cada dos años sacarán versiones mejoradas, para que quien se compre un Vantage o un DB12 tenga motivos para renovarlo al poco tiempo. Vamos, un plan de actualización como el de Ferrari con sus versiones «Evoluzione» o «Competizione».
Por otro lado, las ediciones especiales tendrán más protagonismo. Hallmark reconoce que envidiaba desde Bentley la capacidad de Aston para hacer coches ultra exclusivos, como el Valour. Pero lo que no habrá serán continuaciones de modelos clásicos como el DB5 Goldfinger. La marca se centrará en mantener y restaurar los clásicos existentes en lugar de fabricar nuevos de la nada, una decisión que seguro que gustará a los coleccionistas.
Una empresa más ágil y menos burocracia

Otra gran diferencia que destaca Hallmark con respecto a su etapa en Bentley es la velocidad de decisión en Aston Martin. Mientras que en la firma de Crewe había que pasar por mil reuniones y esperar meses para una aprobación, en Aston todo se resuelve en 15 minutos con Lawrence Stroll. Esto puede traducirse en modelos más arriesgados y una estrategia de producto más agresiva, algo que siempre se agradece en una marca que vive de la pasión y la exclusividad.
Conclusión: los eléctricos pueden esperar

Con este giro de estrategia, Aston Martin se une a Ferrari, Porsche y otras marcas que no tienen prisa por abandonar la gasolina. Mientras la industria se tira de los pelos con normativas contradictorias y baterías que pesan como un piano de cola, Aston Martin se dedica a lo suyo: hacer coches emocionantes para gente con sangre en el corazón.
Y a nosotros, sinceramente, nos parece una gran noticia.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.