
Cuarenta años. Se dice rápido, pero en el mundo del motor es media eternidad. En ese tiempo han caído los Grupo B, han muerto los turbos locos (o eso dicen), y han nacido generaciones que piensan que el WRC siempre fue híbrido. Pero este fin de semana, en Hoznayo, el tiempo se detuvo. Porque volvió ÉL. ¿Jesucristo? ¡NO! Volvió el Peugeot 205 T16. Volvió Ari Vatanen, el hombre que lo domó cuando nadie sabía cómo hacerlo.
Qué queréis que os digamos: fue pura poesía octanada.
🏁 Hoznayo: Donde el pasado ruge como nunca

Cantabria ha vuelto a vibrar con uno de los festivales más bestias del calendario. El Rally Festival Hoznayo 2025 ha reunido a millares de almas hambrientas de mitos, de compresores roncando como jabatos y de leyendas que, por suerte, todavía tienen gasolina en las venas.
Entre todos los nombres ilustres que se han paseado por los tramos cántabros, uno brillaba por encima del resto: Ari Vatanen, 73 primaveras, cara de profeta nórdico y manos más rápidas que el WiFi del vecino.
El reencuentro con su vieja fiera, el Peugeot 205 Turbo 16, fue uno de esos momentos que ponen los pelos como escarpias incluso al más frío del paddock.
🦁 Peugeot 205 T16: El león con turbo y malas pulgas

Los más jóvenes quizá no sepan lo que fue este bicho. Así que, brevemente: Grupo B, 1984, tracción total, motor central, más de 400 caballos y un chasis con menos piedad que el recaudador de Hacienda.
Cuando Peugeot decidió saltar al WRC, no lo hizo con medias tintas. Su entrada fue un puñetazo sobre la mesa, un mensaje claro: vamos a ganarlo todo. Y con el 205 T16, lo hicieron.
Ari Vatanen fue la punta de lanza de ese proyecto. El finlandés, que ya venía de ser campeón del mundo en el ‘81 con un equipo privado, se subió al león y no tardó en empezar a rugir. Monte-Carlo, Sanremo, RAC, Suecia, Finlandia… ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Como una metralleta turboalimentada.
🤝 Vatanen y Fabrizia Pons: Viejos rivales, misma cabina

El regreso del coche y del piloto ya era material para levantar la ceja del mismísimo Walter Röhrl, pero la cosa no acabó ahí: Fabrizia Pons fue la copiloto de Vatanen en esta edición de Hoznayo. Sí, la legendaria copiloto de Michèle Mouton, aquella que le metía miedo a más de uno en los tramos del mundial.
Verlos juntos en el 205 T16 fue como ver a los Stones y AC/DC tocando juntos en un garaje. Historia del motor, dentro del cockpit. Y fuera, el respetable desgañitándose.
🗣️ «Sabía que iba a ser un éxito» – Vatanen, sin dudas

Durante el evento, Ari soltó una de esas frases que, si no la firma él, suena a humo de marketing:
“Sabía que iba a ser un éxito. Lo sentí al llegar al equipo y ver la energía que se respiraba”.
No era palabrería. Porque ese Peugeot no solo era rápido; era un concepto radical: tracción total, motor central, bestialidad pura. Un coche que no solo ganaba carreras, te las escupía a la cara.
Y en 1984, en el Rally 1000 Lagos, Vatanen firmó la primera victoria de Peugeot Sport en el WRC. Ante su gente. Con ese coche. Es que ni Spielberg lo escribe así.
🌍 Del WRC al Dakar… y más allá

Ari Vatanen no se quedó en el WRC. Cuando Peugeot se cansó de dejar cadáveres en los tramos europeos, se fue al Dakar. ¿Y adivinad quién se fue con ellos?
Ari lo ganó en el ‘87, ‘89 y ‘90, con el 205 y con su hermano mayor, el Peugeot 405 T16, una especie de Transformer con ruedas y alma de kamikaze. También lo vimos volar en Pikes Peak, aquella carrera que parecía pensada para tipos con instinto suicida y manos de cirujano. ¿El resultado? Récord. Claro.
🏁 Hoznayo 2025: Un tributo en carne, hueso y gasolina

Este Rally Festival ha sido más que un evento: ha sido un homenaje en vida a un piloto que lo ha sido todo, y a un coche que cambió las reglas. Mientras algunos se suben a eléctricos con sonido artificial, otros todavía nos emocionamos con un 4 cilindros turbo que escupe fuego y recuerdos.
Lo mejor de todo es que Vatanen sigue pilotando como si no hubiera un mañana. Porque para tipos como él, el mañana solo importa si hay un tramo por delante.
📸 ¿Te lo perdiste?

Pues mal hecho. Pero no llores, porque en Miana Motor seguiremos trayéndote lo mejor del pasado con olor a aceite Castrol y clavos Michelin clavados en la memoria. Así que quédate cerca. Que esto no ha hecho más que empezar.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.