
En esta noticia no hay tono de cachondeo. No nos da la gana cuando muere un niño de 4 años.
El pasado 5 de julio de 2024, un accidente en el kilómetro 34 de la autovía A-33, cerca de Jumilla, conmocionó a la región de Murcia y ahora también a todo el país. Una familia viajaba en una furgoneta cuando el reventón de un neumático provocó que el vehículo volcase. El desenlace fue trágico: un niño de 4 años perdió la vida en el acto. Lo que inicialmente se pensó como un desafortunado accidente ha resultado ser el detonante que destapó una trama de corrupción en una ITV de Molina de Segura.
Una ITV en el punto de mira

El vehículo accidentado había pasado la ITV pocos días antes en la estación de La Hita, y eso despertó las sospechas de la Guardia Civil. La inspección inicial reveló que los neumáticos no solo estaban en un estado deplorable, sino que uno de ellos claramente había causado el accidente. Lo alarmante no era solo el estado del coche, sino cómo había conseguido el apto.
Aquello llevó al inicio de la Operación Mojita, que concluyó con la detención de 11 personas, entre ellas el director técnico, administrativos y la mayoría de los mecánicos de la estación. También estaban involucrados jefes de talleres que proveían coches en condiciones deplorables para obtener inspecciones «fáciles» a cambio de mordidas. Según fuentes oficiales, «solo una o dos personas» de la estación no participaban en el fraude.
Cómo operaba la red
Los empleados de la ITV realizaban inspecciones superficiales, omitiendo elementos clave como el estado de los neumáticos o los cinturones de seguridad. Incluso se manipulaban vehículos durante la inspección para que pudieran pasarla. Todo ello permitió que coches con más de 20 años en condiciones lamentables siguieran circulando. La tragedia del niño fallecido es solo el ejemplo más visible de las consecuencias que puede tener este tipo de corrupción.
El «trinque» nacional: ¿qué parte de culpa tenemos todos cuando muere un niño de 4 años?

Este caso pone en evidencia algo que muchos sabemos: el «trinque» es un mal endémico en nuestro país. Desde los conductores que buscan ahorrarse unos euros hasta los inspectores que aceptan sobornos, todos contribuimos a este círculo vicioso. Y lo peor es que, cuando hablamos de seguridad vial, no solo está en juego la vida del que hace la trampa, sino también la de terceros inocentes, y al final, muere un niño de 4 años.
No olvidemos que un neumático en mal estado puede ser tan letal como un arma. Es el único punto de contacto entre el coche y la carretera, y su importancia es innegociable. Sin embargo, las prioridades de muchos parecen ser otras: ahorrar, «arreglarlo más adelante» o simplemente mirar para otro lado.
¿Y ahora qué?
La tragedia de Murcia debería servir como llamada de atención. Es crucial que se endurezcan los controles sobre las estaciones de ITV, pero también que se fomente una cultura del mantenimiento responsable entre los conductores. La educación vial debe incluir la importancia de cuidar un vehículo, no solo para evitar multas, sino para salvar vidas.
Por último, no olvidemos a las víctimas. El niño que perdió la vida y una familia que nunca volverá a ser la misma. Detrás de cada cifra hay historias humanas que no podemos ignorar.
En Miana Motor seguiremos denunciando estas prácticas y abogando por una automoción más ética y responsable. Que esta historia no se repita.
Jose Manuel Miana es un culo inquieto amante del motor. Su filosofía es que nada es perfecto. Cuando no habla de coches, está aprendiendo sobre negocios y marketing.